Ciudad de México.- Está previsto que esta semana la Cámara de Diputados derogue el horario de verano, por considerar que genera daños a la salud.
En la iniciativa, presentada por el Ejecutivo federal en julio pasado a la Cámara de Diputados, se reconoce que hubo un ahorro de energía, pero que no fue significativo.
Desde 1996, se explica, el horario de verano ha contribuido a un ahorro constante por debajo del 1 por ciento de la energía que se consume anualmente.
«Efectivamente, se ha ahorrado energía, pero dicho ahorro no es significativo respecto del total de consumo anual», se afirma.
El miércoles 28 de septiembre se prevé la discusión del dictamen y su aprobación con la mayoría de las bancadas.
El planteamiento oficial es que a partir de 2013 el ahorro fue disminuyendo por la aceleración de la eficiencia energética, que implica el retiro de lámparas incandescentes y la aparición de avances tecnológicos en aires acondicionados y refrigeradores en la industria, comercio y hogares.
También por la incorporación de un mayor aprovechamiento en la generación de energía de las empresas.
La iniciativa presidencial expone que tan solo en 2021, el consumo nacional fue de 327 mil gigavatios por hora (Gw/h) y el ahorro por el horario de verano fue de 537 Gw/h, es decir, de 0.16 por ciento, lo que equivale a mil 138 millones de pesos.
En tanto, en 2019, se ahorraron 876 Gw/h, que significaron mil 875 millones de pesos.
«Después de más de tres décadas de aplicación del horario de verano, en todo el mundo se ha tenido que aceptar que sí produce afectaciones a la salud de las personas», se argumenta en la propuesta del Ejecutivo federal.
Hay afectaciones a la salud pública en el corto, mediano y largo plazos, afirma.
En la población de niñas, niños y adolescentes se sufre trastornos en la conciliación del sueño por la noche, lo que aumenta la presencia de somnolencia diurna, sobre todo durante las primeras semanas de adaptación al horario estacional.
«Este hallazgo fue confirmado mediante análisis diarios de sueño, que reportaron una pérdida de sueño aproximada de 27 minutos por noche», se cita en el documento.
Además, se agrega, la adaptación del cuerpo humano al cambio de horario estacional puede afectar la salud cardiovascular.
«Se ha comprobado una asociación entre el horario de verano y el aumento de la aparición de infarto agudo al miocardio. Está demostrado que la falta o la reducción del tiempo de sueño se relaciona con aumentos en el tono simpático y los niveles de catecolaminas en la sangre», se sostiene.
La Sociedad para la Investigación de los Ritmos Biológicos afirma que la implementación del horario de verano genera desequilibrios en el reloj biológico, cuando el reloj social deja de ajustarse al reloj solar.
«Por esto, resulta importante que los gobiernos puedan fijar horarios estándar que no generen desequilibrios a los ritmos biológicos de la población», se precisa.
En la iniciativa presidencial se añade que también hay un impacto socioeconómico en la agricultura, la ganadería, la industria, el comercio, la educación, la familia, el medio ambiente y la seguridad pública.
«Algunos estudios destacan su impacto negativo en los hábitos de niñas y niños, así como en la posibilidad de que se incrementen los niveles delictivos, debido a la necesidad de salir del hogar en la oscuridad, sin el suficiente transporte ni mayor vigilancia», se argumenta.
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