Washington.— El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunieron el viernes en la Casa Blanca y reflexionaron sobre cómo sus países fueron puestos a prueba en sus respectivas batallas para preservar la democracia, y Biden declaró que al final la democracia “se impuso” sobre las turbas de extrema derecha que irrumpieron en las sedes del poder para intentar anular las elecciones.
Biden derrotó a Donald Trump en una tensa contienda en 2020, asegurando la victoria por un margen estrecho en varios estados disputados. En las recientes elecciones de Brasil, las más reñidas desde hace más de tres décadas, Lula, el dirigente izquierdista del Partido de los Trabajadores, logró vencer por un margen muy ajustado al derechista Jair Bolsonaro, quien se ganó el apodo de “Trump del Trópico” y era un abierto admirador del expresidente de Estados Unidos.
Tanto Trump como Bolsonaro sembraron dudas sobre el resultado de la votación, sin presentar pruebas, pero sus declaraciones hallaron eco entre sus partidarios. El 6 de enero de 2021, partidarios de Trump tomaron por asalto el Capitolio para tratar de impedir la certificación de la victoria de Biden. El mes pasado, una turba de miles tomó por asalto la capital brasileña para tratar de derrocar a Lula.
“Las sólidas democracias de ambos países han sido puestas a prueba últimamente… muy puestas a prueba”, dijo Biden al inicio de su reunión en la Oficina Oval. “Pero tanto en Estados Unidos como en Brasil, se impuso la democracia”.
Lula dijo que tomaría medidas para que Brasil recupere su lugar en el escenario mundial después del mandato de Bolsonaro.
“Brasil se marginó durante cuatro años”, dijo Lula. “Su mundo empezaba y terminaba con noticias falsas”.
Biden bromeó diciendo que la queja de Lula “suena familiar”, una aparente alusión a Trump.
Horas antes, Lula dijo a CNN que Brasil no tiene una “cultura del odio”, pero sí una fuerte división similar a la de Estados Unidos.
“Aquí también hay una división que es mucho más, o igual de grave, que en Brasil. Los demócratas y los republicanos están muy divididos”, señaló Lula.
Tanto Biden como Lula trataron de destacar que la democracia brasileña se mantiene firme y que las relaciones entre las dos democracias más grandes del continente han retomado su curso.
Los mandatarios también tenían previsto hablar de la invasión rusa a Ucrania, la inseguridad en Haití, la migración y el cambio climático, incluyendo los esfuerzos para frenar la deforestación de la Amazonia, de acuerdo con la Casa Blanca.
Durante su campaña por la Casa Blanca en 2020, Biden propuso trabajar con socios globales para crear un fondo de 20.000 millones de dólares que alentaría a Brasil a cambiar su enfoque sobre la Amazonia. Durante la visita se había especulado con la posibilidad de que Estados Unidos anunciara planes para contribuir al esfuerzo multilateral por el clima denominado Fondo Amazonia.
El Fondo Amazonia es el esfuerzo de cooperación internacional más importante para preservar la selva amazónica, y recauda donaciones para prevenir, vigilar y combatir la deforestación y promover la sostenibilidad.
El fondo ha estado financiado principalmente por Noruega, y ha recibido un total de 1.290 millones de dólares. En 2019, Bolsonaro disolvió el comité directivo que selecciona proyectos sostenibles para financiar con el argumento de que el bosque tropical es un asunto interno. En respuesta, Alemania y Noruega congelaron sus donaciones. Tras la toma de posesión de Lula, el gobierno alemán anunció una nueva donación.
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