Desde el 14 de febrero de 1997, el inmueble del ex convento de San José de Gracia de Religiosas Capuchinas asumió una vocación de carácter público, al recibir al Museo de la Ciudad, centro cultural perteneciente al Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, y cuya misión privilegia la divulgación del arte contemporáneo. Es con este perfil que el museo ha marcado estilos de oferta cultural, en donde priva la diversidad y la tolerancia dando lugar a una continua muestra de exposiciones pictóricas, fotográficas, escultóricas; obras de teatro, danza; recitales de música; así como propuestas de performance e instalación y muchas actividades intelectuales más. Propiamente, el Museo de la Ciudad es punto de reunión de inquietudes.
EL RECINTO: RETRATO DEL ANTIGUO CONVENTO DE CAPUCHINAS
Austeras y en rígida pobreza, las monjas capuchinas eran conocidas por su estilo de vida poco ostentoso. Los patios, pasillos y celdas del convento fueron el escenario de un grupo de religiosas dedicadas a la caridad, parte importante de la sociedad virreinal durante los primeros años de la ciudad.
Durante la Guerra de Reforma, una vez expulsadas las religiosas y convertido en cuartel, el edificio fue la última prisión de Maximiliano de Habsburgo. Luego continúo su uso militar; albergó el regimiento de “Tiradores de Querétaro” y a los “Rurales del espacio” y no es sino hasta finales del siglo XIX cuando diversifica su uso; una parte la adquiere un particular, quien levanta una moderna casa dentro de la cual quedan las piezas que sirvieron de prisión a Maximiliano, Miramón y Mejía, (hoy sede del Museo de la Restauración de la República); otra fracción se habilita como colegio de niñas, llamado “Del Verbo” y “ Guadalupano”, que sirvieron como hospital de pobres durante la epidemia de 1892. Después de la Revolución el edificio continuó únicamente como cuartel, terminando de serlo al final de la primera década de nuestro siglo, en que albergó varias oficinas, entre ellas las de un partido político, y no es sino hasta el año de 1995 en que se rescata para convertirlo en Museo de la Ciudad.
Hasta el día de hoy –y acorde a la ideología de las capuchinas– el espacio sigue siendo de interiores sobrios y discretos detalles arquitectónicos. Lo más imponente del convento es su fachada exterior de muros macizos y paredes elevadas donde se resguardaron monjas, enfermos, huérfanos y pobres; hoy, sede del Museo de la Ciudad y la oferta cultural más dinámica del estado: un recinto por el que pasan cientos de expresiones artísticas y miles de visitantes que contemplan tanto la historia del monumento como las obras y actividades más actuales de Querétaro.
EXPOSICIONES
ENÉRGICAS Y VERSÁTILES, las 22 salas de exposición del Museo de la Ciudad son reconocidas por su apertura a los nuevos talentos, iniciativas culturales y cualquier expresión que suceda fuera de los parámetros curatoriales que siguen los otros museos. Apostar a la exhibición comunitaria implica ser un recinto inconsistente, de fáciles alteraciones. El Museo de la Ciudad gira alrededor de su pluralidad curatorial, acepta la tornadiza de su quehacer artístico que permite la construcción de exposiciones que no podrían existir fuera de sus muros.
INAUGURADO EN 1997,
El Museo de la Ciudad fue el tercero en ocupar un espacio histórico de la ciudad: El antiguo convento de San José de Gracia de pobres Capuchinas, uno de los proyectos conventuales más importantes construidos en la ciudad de Querétaro, fundado en 1718 por la Orden de las Hermanas Clarisas Capuchinas. EL MUSEO COMUNITA